El uso de gas venenoso en la Primera Guerra Mundial fue una importante innovación militar.
Los gases utilizados iban desde el gas lacrimógeno a agentes incapacitantes como el gas mostaza y agentes letales como el fosgeno.
Esta guerra química fue uno de los principales elementos de la primera guerra global y también de la primera guerra total del siglo XX.
La capacidad letal del gas era limitada -solo el 3% de las muertes en combate fueron debidas al gas-, pero la proporción de bajas no letales fue alta, llegando el gas a ser uno de los factores más temidos entre los soldados. Al contrario que la mayoría de las armas de la época, fue posible desarrollar contramedidas efectivas para el gas. De ah que en las fases finales de la guerra, aunque el uso del gas aumentó, en muchos casos su efectividad disminuyó. Debido al uso generalizado de la guerra química, además de los importantes avances en la fabricación de explosivos de alto poder, a veces se ha calificado a la Primera Guerra Mundial como "La guerra de los químicos".
* EFECTO EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL*
Con el Protocolo sobre el Gas de la Tercera Convención de Ginebra, firmado en 1925, las naciones firmantes acordaron no utilizar gas venenoso en el futuro, declarando que "el uso en guerra de gases asfixiantes, venenosos o de otro tipo, y de todos los líquidos, materiales o dispositivos análogos, han sido justamente condenados por la opinión pública del mundo civilizado".
Aunque todos los contendientes principales acumularon armas químicas antes y durante la SGM, las únicas noticias de su uso en este conflicto son el uso por parte de Japón de cantidades relativamente pequeñas de gas mostaza y lewisita en China, y casos muy raros en Europa (por ej: se lanzaron algunas bombas de sulfuro de mostaza sobre Varsovia el 3 de septiembre de 1939, algo que Alemania reconoció en 1942, aunque afirmó que fue por error).
No obstante, se tomaron precauciones durante la SGM. En los países del Eje y de los Aliados se les enseñó a los escolares a llevar máscaras antigas en caso de un ataque de gas.
Alemania desarrolló los gases venenosos tabun, sarin y soman durante la guerra, y utilizó Zyklon B en los campos de exterminio nazis. Ni Alemania ni las naciones Aliadas utilizaron ninguno de sus gases de guerra en combate, posiblemente atendiendo a las advertencias de severas represalias.